por Mother Rasha Vie Nov 02, 2012 9:09 am
Rasha ignoró la perorata del coreano. No podía creerse que fuese tan ingenuo << Por mucho que diga que en el comunismo estamos mejor, seguimos en guerra, no hemos ido a ninguna parte...>> pensó con amargura. Mientras seguía toqueteando al soldado, estudiando sus reacciones. Aun no había conseguido el efecto que quería, y aunque tenía claro que seguramente no lo conseguiría. No sabía en qué momento habçia convertido en real su interpretación, pero ella estaba acostumbrada a trabajar en el placer, y por mucho que tratase de acostumbrarse seguia chocándole no trabajar con unos límites, y que su víctima no disfrutase...
-Se me acaba de ocurrir una locura.- sentenció, agarrando la cara del soldado y apretando sus mofletes. Pegó la frente a la del hombre y se quedó así, quieta, manteniendole la mirada como si pudiese ver hasta su propia alma.- Pero antes tenemos que conocernos mejor.
Los soldados de Orden tenían la fama de perfectas máquinas de matar, adoctrinados desde niños en sus ideales, lobotomizados. << Como casi todo el mundo en este puto agujero>> Sin embargo, Rasha era partidaria de que se le podían enseñar trucos nuevos a un perro viejo y quería intentar desmantelar esos ideales... O al menos ampliarlos para que no fueran tan extremos. Claro que si no acababa su tarea los de arriba no le iban a permitir seguir con sus planes ni borrachos. Sacó de su cajita mágica un vibrador de gran tamaño que solo usaba en ocasiones especiales por lo que costaba conseguirle pilas y a los pocos minutos el soldado estaba gritando hasta el nombre de su bisabuela, despejando muchas de las sospechas de la dómina. Después de apuntar toda la información en un informe que luego tendría que presentar a Gamov, premió al prisionero con alcohol y un poco de comida, y reajustó los nudos para que no le cortasen la circulación.
-Se nota que aun es jovencito, pobre criatura- dijo estirándose y sentándose en una silla- Mi idea loca es... reeducarlo. He hecho algunos ensayos pero nunca había tenido un sujeto como este a mi completa disposición. Si sale bien y completa la primera fase, podemos ponerlo a trabajar aquí, bajo mi supervisión, claro...
Claro que no tenía la seguridad de que le permitiesen tener a un soldado de orden campando por la fábrica, incluso aunque lo llevase atado con correa.